Blackfriday & Cybermonday oferta especial


Black Friday
Descuentos, descuentos, descuentos. El día más esperado del año por los consumidores ya pasó, pero el clima de ofertas, rebajas y promociones ya no solo se limita al famoso viernes negro… nada de eso. Ahora las ofertas duran toda la semana e incluso llegan al Cybermonday.
Como cliente me pregunto ¿Qué estuve pagando el resto del año, si los mismos productos puedo encontrarlos ahora con hasta un 70% de descuento? Sin embargo, como empresa, me gustaría poner el foco no solo en la gran oportunidad de venta que ofrece este día, sino en si realmente todas las marcas deberían usar el Black Friday como campaña de marketing.


¿Black Friday, Black week, Black month?
Competir en un mercado donde más, es más, no es nada sencillo, y las estrategias deben cambiar constantemente para adaptarse al clima vertiginoso. Si el año pasado la oferta duraba 1 día, este año muchas marcas decidieron extenderla a 2, o incluso toda la semana, con el fin de captar esos clientes cazadores de ofertas. Sin embargo, ¿hasta que punto puedo como empresa permitirme captar un cliente cuya vida útil probablemente se limite a la duración de las ofertas, solo por no ser menos que la competencia? Como paso fundamental, aunque probablemente parezca muy básico, créanme, no lo es tanto, deberíamos preguntarnos si como empresa, puedo permitirme pagar el coste de adquisición de este cliente sin que el mismo sea superior a mi margen de ganancia por venta, por que claro, al fin y al cabo, necesitamos vender, pero no a cualquier coste. Una vez resuelta esa pregunta inicial, podremos pasar a determinar la duración de los descuentos, y a su vez, sobre que productos aplicarlos, por que obviamente, no hace falta reducir el precio de toooodo mi catalogo de productos, estrategia que también puede ser usada desde el punto de vista de la creatividad de la campaña para impulsar la compra de aquellos que si no fueran por ese descuentito, nos llevarían un poco más de tiempo vender.


Campañas anti-black Friday


No solo unirse al movimiento del viernes negro es una forma de conseguir ventas, manifestarse en contra del mismo o incluso realizar acciones anti-ofertas es válido para algunas marcas, ayudando no solo a captar clientes sino a fidelizar los ya existentes. Marcas cuyos valores se centran en la sostenibilidad, el lujo o la calidad frente a cantidad se verían perjudicadas al reducir abruptamente sus precios para esta ocasión, pero, al irrumpir el clima de descuentos con campañas en contra de la masa logran destacarse entre la multitud y concientizar a clientes que, abrumados por el batallón de ofertas, se cuestionan ser parte de esta marea de descuentos o no. Pero claro, este pequeño lujo no puede dárselo cualquier empresa… claro que no, esta reservado a aquellas cuyas ventas no van ligadas al precio del producto o servicio, sino a la imagen de marca que proyectan y los valores que la sostienen.



Ni black Friday, ni white Friday
Finalmente nos encontramos en esta dicotomía de si ser parte o manifestarse en contra, a unos cuantos valientes que supieron no hacer ni una cosa ni la otra, y que, en mi opinión, encontraron una solución bastante creativa al problema. ¿Qué mis ventas se beneficiarían de un día de descuentos, pero no puedo afrontar el coste de adquisición de ese cliente...? Bueno. ¿Qué competir en ofertas con gigantes como Inditex, Amazon y otras grandes organizaciones esta fuera de mi alcance? ¡Entonces, hola creatividad!
Jugar con el concepto del viernes negro y aplicar descuento solo a productos de color negro, realizar sorteos con motivo de esta fecha o aplicar un leve descuento ofreciendo a cambio otro más si el cliente vuelve a realizar otra compra son algunas de las posibilidades. Las olas en el mar son infinitas, las oportunidades creativas de venta también.


El lado oscuro del black Friday: Consumidores.
Y si tu participación en el viernes negro no es del lado empresarial, sino del de consumidor, me imagino te estarás cuestionando que estuviste pagando todo este tiempo si los artículos en este día llegan a bajar hasta un 70% de su precio de venta. Bueno, no voy a hablar de costos fijos, variables, marketing y demás temas que seguramente no te van a importar demasiado, en este apartado voy a postular mi punto de vista sobre los valores éticos que puede afectar esta oleada repentina de descuentos desmesurados.
Como consumidores creo que debemos aprender a ser más responsables y no caer en la vorágine de comprar, comprar, comprar, porque, ¿de verdad necesitamos todos esos productos o servicios o estamos obnubilados por su precio tan bajo? Debemos plantearnos hacer compras inteligentes, y no ser atrapados por el monstruo del marketing sino utilizar este día a nuestro favor para adquirir lo que de verdad necesitamos a un precio más competitivo.
A su vez, si los valores del Black Friday no contribuyen a la sostenibilidad, somos nosotros consumidores, los que deberíamos hacer el cambio y al momento de realizar la compra tener en mente nuestra ética y el rol que jugamos en la cadena de consumo, al final, ser responsable de nuestro consumo no es sinónimo de no comprar, sino hacerlo de manera consciente.


Comentarios

  1. Muy buenas reflexiones sobre las estrategias del "black-friday or week" !! como para discutirlas en clases de "marketing".

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