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La era de las colaboraciones
Desde hace varias
temporadas las colaboraciones entre marcas parecen ser las reinas de las
pasarelas. La alianza entre Louis Vuitton y Supreme que se dio a conocer en
2017 y cuyos productos se agotaron a las pocas horas, parecía marcar el fin de una
era, tirando el micrófono con estilo y posicionándose nuevamente como una de
las casas de lujo mas buscadas. Sin embargo, no fue un final, sino mas bien un
comienzo a una etapa de alianzas mas complicadas que las tramas de Game of Thrones.
La democratización de la
moda parece sostenerse en el nuevo streetstyle, marcado por las casas de alta
costura y sus colecciones capsulas para marcas de streetwear, como la más
reciente alianza entre Mary Katrantzou y Victoria’s Secret, Alexander Wang para Adidas Original o incluso algunas tan inesperadas como Palace x Polo RalphLauren. Y hago hincapié en esta última en particular como inesperada, porque en
el mar de colaboraciones jamás imagine que Palace, una marca que comenzó diseñando
tablas de skate en Londres y Polo Ralph Lauren, icono de los niños bien de la
sociedad americana, tuvieran algún punto en común a partir del cual crear una
alianza.
No solo las colaboraciones
se dan entre marcas que buscan posicionarse como las nuevas reinas del
streetstyle y el estilo hypebeast, sino también entre organizaciones científicas
como una muy conocida americana, que hace viajes por el espacio... ah sí, NASA
y un icono de la cultura skate como Vans.
¿Qué tienen en común estas dos empresas? A mi entender, no mucho. A menos que,
los astronautas debajo de las botas llevaran zapatillas Vans, o practicaran algún
deporte de tabla en la estación espacial. A pesar de no compartir mas que una
vocal en su nombre, nos gusta la colaboración, crea en nosotros un impulso de
compra, porque, ¿Y si es la única oportunidad de tener algo en donde dos marcas
tan inusuales y cool a su manera se juntan para crear un producto?
Entonces, será que el
nuevo lujo no se sostiene como tradicionalmente sucedía en las casas de alta
costura,
¿sino en las múltiples colaboraciones y ediciones limitadas que invaden
la moda?
A su vez, como en toda acción
hay una reacción, y la moda ¨anti-colaboraciones¨ también se posiciona fuerte
en un panorama de logomanía que no parece tener fin. Diseños que se hacen eco
de la saturación de alianzas y capsulas se imponen, asimismo, como modo de
protesta y puesta en evidencia de un movimiento en el que, a mayor incoherencia
entre valores de marca, más ventas generará.
Y si de ventas hablamos, damos
por hecho que el sistema funciona para ambas partes. A pesar de esto, me pregunto,
¿Qué pasa con los ideales de las marcas? ¿Sera que ya no importan los valores
sobre los cuales fueron fundadas? Es verdad que el publico evoluciona y se
adapta, y las marcas deben mutar o morir, pero me pregunto hasta que punto puede
una empresa sostener valores tan diferentes sin generar efectos negativos en
sus más fieles seguidores... Habrá que esperar para ver.
Excelente nota !! Y muy buena investigación de la relación entre marcas disímiles !!
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